Nos cuesta admitir que estamos equivocados. Y no solo eso, nos cuesta admitir que no sabemos algo. A veces esto es reforzado por la sociedad y la educación, que castiga más la ignorancia que la deshonestidad en este sentido. En este vídeo hago preguntas cuya respuesta más que razonable es admitir que algo no se sabe, y sin embargo no he podido obtener esa respuesta.